Ya hemos arrancado la última hoja del calendario. No hay
vuelta atrás. El 2013 se cierra con un enorme crespón negro. Y los penitentes,
todos los ciudadanos de a pié, podemos llorar el luto, actuar, o permitir que
continúe el genocidio de los derechos más elementales -por los que murieron
nuestros antepasados-.
Somos parte de un pueblo inapetente, cansado, nómada,
doblegado -como el mimbre-, que no alza la voz, que muere estando muerto, que
no lucha, y que se deja arrastrar por el viento del norte. Así es España, y sus
españolitos y españolitas.
Este año acabado no ha sido un año de “recortes” – válgase la
expresión políticamente incorrecta-. Ha sido un año de asesinatos impunes que
se han cometido a la luz del día, ante nuestros ojos. Sanidad, Educación,
Justicia, Trabajo… Una multitud de reformas legislativas que fusilan contra el paredón
lo que un día llamamos “derechos sociales”.
Un ejército compuesto por más de 60 leyes aprobadas –más de
40 a golpe de “decretazo”- ha protagonizado los titulares de los telediarios.
Como bandera, la ya más que obsoleta expresión “tiempos difíciles”. Como
respuesta: resignación. No me lo puedo creer. Este año supone el mayor
retroceso humanístico de la historia española.
Subidas de impuestos antisociales; paro desorbitado y creciente,
gracias a las políticas de destrucción de empleo; disminución camuflada de las
pensiones; derechos laborales como punto de diana –nuevamente-; el asesinato
con alevosía del contrato de relevo; clasismo retrógrado, con la Ley de Educación;
privatización de los servicios públicos, con la Ley de Seguridad Ciudadana;
corrupción engañosamente paliada por la Ley de Transparencia; alejamiento de la
Administración y el ciudadano, con la Ley de la Administración Local; parálisis
económica global, con los nuevos presupuestos del Estado… Son tantos los
fusiles que arrancan de la realidad nuestro soñado “Estado de bienestar” que me
resulta imposible plasmarlos todos en un sencillo artículo.
Pero no os preocupéis, que el 2014 no será menos intenso. De
momento, ya os adelanto que promete: se aproxima el mayor retroceso de la
libertad de la mujer con la nueva Ley del Aborto.
Y suma y sigue. Tremendo. Brutal. Sin palabras.
Feliz 2014. Se aproxima decretazo a punta de pistola.
Tiempos locos.